Reconciliate con Dios

He escuchado muchas veces esta pregunta; ¿Si Dios es tan misericordioso porque hay tantas guerras, dolor y sufrimiento en este mundo? La contestación viene claramente a la luz en esta palabra. Nuestra codicia y envidia consumen al ser humano, esta codicia y envidia que fue la semilla del mal que causo que lucifer cayera convertido en satanas del Reino de Dios. Tu relación con el mundo te aleja de tener una relación genuina con Dios. Constantemente anhelas las cosas de este mundo y procuras poner lo del mundo primero antes que las cosas de Dios. Un ejemplo sencillo; porque llegas a tu trabajo a tiempo y hasta llegas mas que temprano pero no llegas a la Iglesia a tiempo ni temprano para honrar y buscar tu relación con Dios. Esto se llama soberbia y Dios resiste a los soberbios que no oran, diezman ni leen la palabra de vida que es la Biblia. Si no buscas la presencia de Dios y continúas en la búsqueda del bienestar físico descuidando tu vida espiritual, te conviertes en enemigo de Dios. El Espíritu que mora en ti anhela celosamente esta en la presencia de Dios, buscalo en espíritu en oración, ayuno, buenas obras cambiado definitivamente por la Sangre sanadora de Jesucristo. Lucha por la salvación eterna, llega al arrepentimiento genuino. ¡Jesucristo el Salvador espera, para re conciliarte con el Padre!'

Santiago 4:1~6

4 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?

2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

4 !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.