Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 2 Corintios 4:7
¿Quieres ser un vaso para honra?
Yo anhelo cambiar y estoy segura de que tú también lo deseas. Mediante el poder del Espíritu Santo que está en nosotros, podemos ser capaces de reflejar dulzura, bondad y amabilidad, aunque las cosas no sean como esperamos. Ser capaces de mantener la calma cuando todo a nuestro alrededor parece darse vuelta, cuando todo parece conspirar contra nosotros para hacemos impacientar, enojar y perder la serenidad.
La cantidad de tiempo que requieren los cambios dependerá de: 1) cuánto tiempo nos tome reconocer ante Dios que tenemos un problema; 2) cuánto tiempo nos lleve dejar de dar excusas o de echarles la culpa a otros; 3) cuánto tiempo le demos vueltas a la situación, tratando de cambiarla nosotros mismos; y 4) cuánto tiempo pasemos estudiando Su Palabra y adorandolo.
Si nuestro deseo es ser vaso para honra, debemos disponernos, humillarnos, descender a la casa del Alfarero, y ponernos en Sus manos... Él hará un buen trabajo en nosotros